Al alba
He vivido más de lo que cualquiera podría imaginar. Fui un joven corriente que apenas despegaba del nido cuando la excitación y el riesgo me enfrentaron con mi destino. En el abrazo de un hombre se escapó mi último aliento y después llegó el desconcierto, el terror más absoluto, el odio al comprender en qué me había convertido, la lujuria que se despertó en mí, la caza, la fragilidad de un suspiro en mis brazos, la fuerza por sobrevivir. Saboreé los errores humanos repetidos una y otra vez, la maldad más desgarradora, los entresijos de la injusticia, pero también la bondad, el amor de una madre a su hija, las pequeñas cosas que mueven el mundo día a día. Una y mil vidas. La bendición que se transforma en pesada carga. La culpa. Una espada cuya hoja afilada te recuerda que no eres más que la sombra del ayer. Sin embargo, tras siglos de morar como depredador por esta tierra desprotegida, cuando los remordimientos eran dueños de mis pensamientos, apareciste para most